domingo, 6 de septiembre de 2009

¿Y la prensa, qué dice?

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Hay más que una cierta responsabilidad en la prensa catalana, haciendo un seguidismo mimético a las castas políticas dominantes, lo que hace un tiempo llamamos el PUC (Partido Unificado de Cataluña) y el PP catalán, arrastrando su gran complejo de catalanidad, cuando unos y otros se empecinan en encuadrar los problemas de hoy en día con categorías que fueron construidas en función de un contexto que ya no es el que nos toca. Como si la realidad fuese siempre la misma realidad.

El contexto era el de la Dictadura, como si no pudiéramos salir del circulo melancólico de la consigna: ¡Llibertat, Amnistia, Estatut d’Autonomía!

Y no se habla de la incidencia de los medios masivos de comunicación en la formación de opinión, de ese periodismo que se pone la camiseta del PUC y actúa "en cadena", como en la época de Franco, pero ahora sin necesidad del palo, basta la zanahoria de la subvención salvadora de la cuenta de explotación, para que no exista diferencia alguna de línea editorial en todos los medios. Qui paga mana! (¡Quien manda, paga!).

No se habla de la realidad, de la historia real, sino de la memoria apañada de unos cuantos, que está detrás de la realidad.

No se habla apenas de las desigualdades sociales, de la falta de libertades. El “oasis” en que se ha convertido la Cataluña que padecemos -una comunidad con problemas sociales y de desigualdad muy serios, que ha dejado de ser la locomotora económica de España y ha perdido su liderazgo- nos hace seguir empecinadamente repitiendo como loros, que ¡somos una nación!, ¡queremos un Estatuto!, ¡somos diferentes!, ¡no nos entienden ni nos entenderán jamás, pues los españoles no son capaces de ello! (omitiendo de esa categoría conceptual a los catalanes que solo se tienen por tales), solo saben oprimir al pueblo catalán y así hasta la saciedad.

Mientras ya han pasado 34 años desde que muriera el dictador, y a pesar de que llevamos el periodo más largo en la historia de nuestro país, España, más largo y fructífero de paz, prosperidad y democracia, nuestros dirigentes locales, léase "nacionales", se empeñan en hacer fracasar el Estado Constitucional.

Recomiendo el artículo del Notario J.J. López Burniol , “
La quiebra del sistema” (del 2/9/09 en “El Periódico”), que menciona como signos de la misma los siguientes: “a) La ausencia de un proyecto compartido por la inmensa mayoría de los ciudadanos del Estado. b) La negativa a aceptar, por parte de las distintas comunidades que integran el Estado, la existencia de algunos intereses generales que prevalezcan por encima de los respectivos intereses particulares. c) La potenciación de lo que separa y el menoscabo de lo que une. d) El escarnio habitual de los símbolos estatales”.

Pues venga, sigamos preocupándonos por la Sentencia que nunca llega del Tribunal Constitucional, y eso sí, advirtamos que sólo la cumpliremos si nos gusta, gastándonos el dinero en referéndums ilegales y retando al Estado de Derecho, lo que es más grave, desde las propias Instituciones, y mientras tanto, por supuesto, ni una palabra de los 85.000 nuevos parados en España en el mes de agosto, de los que 23.000 han sido trabajadores catalanes.

En algo somos los primeros.

Y la prensa, ¿qué dice?

Carmen de Rivera, diputada de Ciutadans (C's) en el Parlament de Cataluña, y Secretaria Jurídica del Comité Ejecutivo de Ciutadans