lunes, 7 de diciembre de 2009

La dignidad de una abogada

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Parafraseando a Francesc de Carreras en su artículo "Mi dignidad" publicado en La Vanguardia, en reacción al editorial conjunto, "si el editorial quiere defender la dignidad de Cataluña, bórrenme de esa Cataluña, yo me apunto a otra distinta en la que espero vivir con dignidad y en la que estoy seguro de no encontrarme solo".

No sé si es tan fácil eso de borrarse, pero lo que si tengo claro es que no hay que ceder ni un milímetro a la presión uniformadora, y eso es lo que he hecho yo en estos últimos días.

Siempre he tenido claro que mi ideología política, que me hace militar en Ciutadans, por la que en la actualidad soy diputada en el Parlament de Catalunya, no debía interferir en mi vida profesional y en concreto en mi actuación en la Junta del Colegio de Abogados de Barcelona de la que formo parte.

El pasado 30 de noviembre, en Junta de Gobierno, se ratificó la adhesión al editorial conjunto, por una mayoría aplastante de la Junta, con la sola excepción de otra compañera y mi voto contrario, y la abstención de otro.

A la vista del cariz que tomó el acuerdo, me vi obligada a hacer constar en acta mi voto y solicitar la emisión de un voto particular (
ver texto completo aquí), a fin de que se hiciese público, y que es coincidente con el manifiesto de unos abogados, también contrarios al acuerdo, que suscribo y al que me adhiero, titulado "Por la dignidad de la abogacía".

Es obvio que en la abogacía barcelonesa no todos pensamos igual, y sobre todo y pese a mi condición de política, no es una institución que se deba utilizar políticamente y mucho menos en un ataque a la independencia o presión sin precedentes al Tribunal Constitucional.

Carmen de Rivera, diputada de C's en el Parlament de Catalunya, y miembro de la Junta de Gobierno del ICAB.